sábado, 12 de febrero de 2011

Amanece, que no es poco.

A pesar del día, siempre queda lo que nos trae la marea.

Me levanté temprano, no por gusto pero si a gusto, y después de tomar un café, y llevarme otro de la cantina de la gasolinera, conduje el coche hasta el mirador de Talón para ver el amanecer. Todavía en la noche, saqué la Yashica MAT 124 de su funda y esperé. Poco a poco el cielo despertaba llenándose de pálidas luces fundiendo las nieblas que envolvían los picos de San Guillermo y del Facho. Sólo la Yashica tenía carrete en color. La Mamiya 645 1000S calzaba un 400 Ilford que no rendiría con aquel amanecer, o eso pensé. Esperé. Hacía frío. 3,5º, marcaba en el coche. Mucho frío. Giré la manivela para cebar el disparador y calculé la velocidad. Le dí un punto más de la que marcó el fotometro y disparé. Giré de nuevo la manivela pero esta no quisó seguir la inercia de la mano. Miré el exposímetro: 16 exp. Maldije mi suerte. La guardé en la bolsa y saqué la Mamiya dispuesto a exprimirla en un amanecer en B&N. Trabajar con esta es una delicia. Manual, con la magia del revelado y unos resultados por encima de la Nikon, excepto cuando a esta la hago trabajar con los objetivos de la vieja Retina Reflex IV.
Guardé la cámara y las devolví al coche. Me senté con el café, todavía caliente ,entre las manos y contemplé la salida del sol.

El percebe (Pollicipes pollicipes) es un crustáceo cirrípedo de la familia Scalpellidae que crece sobre rocas batidas por el oleaje. Se alimenta por filtración, ya que, debido a su carencia de extremidades, permanecen inmóviles adheridos a las rocas toda su vida adulta.(extraido de la Wiki-plejia).

Desde luego que estos no son los que comemos aquí.

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