Salimos del puerto a mediodía. Se veía el fondo en 7 metros. Bárbaro. Hacía casi dos meses que no buceaba en las Raras. Mi preferida. Describir la travesía es fácil. La roda se hallaba a menos de una milla, y recorrerla, aún con la Zodiac llena, es cuestión de un par de minutos. Clavaba los ojos en el agua deseando que la visibilidad no variase. Varió. Todos al agua. Fué rápido. La calidad del agua cambió en el primer metro al una termoclina. A los 4 metros comenzamos a divisar el fondo. El briefing había repartido compañeros y tengo que agradecer a Juan y sobre todo a Enrique, el estar a mi lado cada vez que me colgaba con algún bicho. Abajo las parejas se portaron. El grupo no. No tenía demasiada importancia. Sábiamos que podría pasar y decidimos no forzar la disciplina.
Recorrimos las Raras en sentido de las agujas del reloj. Al menos tres, conocíamos aquello como conocemos el salón de casa. Podríamos haber puesto nombre a todos los congrios, bogavantes, pintos y demás fauna. A estas alturas sólo me interesaba la fauna mas pequeña. Los nudibranquios, actinias, gorgonias blancas, anémonas, padinias, ermitaños y un largo ectétera de animales que hace pocos años no sabía que existían. Mi interés no era sincero. Al menos al principio. Cuando empecé a hacer fotosub, me dí cuenta que mi manifiesta inutilidad me obligaba a usar modelos estáticos porque la velocidad de disparo no era suficiente para que los bichos con aletas aparecieran en el cuadro. No conseguí convencerlos. Falta de comunicación. Empezé por el principio. Conseguí, casi, controlar la velocidad de disparo sin aproximarme a una mala reflex. Anulé el pre-flas. Aprendí a usar el Iso, los modos automáticos, la exposición, la medición por puntos, los filtros digitales, el macro, el flas externo, a desbloquear la cámara cuando usas el zoom y todo ello bajo el agua con una compacta. De vez en cuando consigo alguna foto simpática. Mejor fuera del agua, aunque menos interesante.
Recordaba la inmersion del día anterior. Localizamos un bajo cerca de la punta de sardiñeiro. 19 metros de máxima. Vimos un águila. La primera. La lente de la cámara se empañó al bajar. En vano cualquier intento de arreglarlo. Lástima de video. Frustrante. Hoy arreglé el problema con barras de sílica.
50 minutos de fondo no estaba nada mal. 14º y 14 metros. Superficie a los 59. El traje seco cumple su función a las mil maravillas. Estibamos equipos y recogimos cubierta. Subí el ancla. Intenté no marearme tras el esfuerzo. Voy mayor. Eran casi las dos y tenía que recoger a la familia para ir a comer a casa de José. Podría bucear a las 5... no. Hoy la familia se iba de fiesta. No todo en esta vida puede, ni debe ser azul.
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