Nos quedamos tirados en medio de la ría. A pesar de las risas, os puedo asegurar que cuando una chalana pasaba a lo lejos, el tono de las llamadas, es decir, los gritos, se hacían mas intensos. Comenzamos a preocuparnos.
Menos mal que en el mar siempre hay gente. Buena gente, de los que ponen buena cara si tienen que suspender su tarde de pesca para acercarte a tierra con un pequeño motor de 5 caballos y paciencia, mucha dosis de paciencia.
Vayan nuestras más sinceras gracias a Manuel y a su jubilado compañero.
1 comentario:
???
Publicar un comentario